Querida Tú:
He decidido escribirte esta carta porque mereces saber toda la verdad.
Lo cierto es que te he perdido, y eso no es lo peor. Lo peor es que, contigo también perdí una parte de mi. Adoraba el haberte encontrado y el haber sido encontrado por ti. Adoraba tener tanto en común y tantas diferencias al mismo tiempo. Me encantaba como me hacías sentir y como no querías estar separada de mi. Hacerte estallar en mil sonrisas nunca estuvo de más. Disfrutaba sin hacer nada, con tal de que fuera contigo; escribirnos, hablarnos, pensarnos, cantarnos, leernos, querernos.
En cambio ahora, te he perdido. Y quiero que sepas que no es culpa tuya. Simplemente todo cambió y no sé decirte porqué. Nunca te dije adiós, porque decir adiós significa irse, e irse significa olvidar. Quiero pedirte que sigas siendo tan auténtica como en verdad eres y que nunca te conformes con menos de lo que mereces. Te convertiste en algo muy importante y en una de mis personas favoritas.
Confío ciegamente en ti y por eso también te voy a pedir que te enamores y empieces de nuevo, aunque no sea de mi, aunque no sea conmigo.
R.