O supervisor, o manager, o director, o cómo le digas.
- El 99 % de las personas trabaja por necesidad, no por gusto. Por eso tienes que descubrir que es lo qué motiva a la gente a trabajar. A algunos será el dinero, a otros el “prestigio” de la posición, a otros el work-life balance. Es tu responsabilidad como cabeza de la organización descubrir qué es lo que motiva a la gente que tienes a tu cargo.
- Entre más arriba estés en el organigrama, más trabajas. Tenemos una idea equivocada (y más en México) de qué entre más jefe seas, menos trabajas. Este es un concepto DLV y le hace mal a toda la empresa. En organizaciones de nivel mundial el qué más arriba está, es el que más trabaja. Aparte, se supone que eres mejor recompensado económicamente. Actúa como tal.
- Las dinámicas de poder solo perjudican tu ambiente de trabajo. Si usas dinámicas de poder, vas a crear una cultura de resentimiento, y de desinterés que va a terminar por perjudicar toda la compañía.
- La responsabilidad de la comunicación recae sobre tus hombros. Tu trabajo es hacer que la comunicación llegue tan precisa, clara y concisa como sea posible. Si vas a pedir una cosa, y las situaciones lo permiten, pídela por escrito y tómate el tiempo de estructurar el mensaje hasta que tengas un mensaje bien estructurado. No es trabajo de los demás adivinarte el pensamiento.
- Analogía futbolera. Ahora eres el entrenador de tu equipo de fútbol. Sí, literalmente ese es tu trabajo ahora. Ya no vas a hacer las tareas cotidianas, ahora vas a supervisar que esas tareas se cumplan. Piensa en tipos como Pep Guardiola que se pasan días enteros preparando el partido, las tácticas y estrategias para que sus jugadores las ejecuten el día del partido y que siempre asumen la responsabilidad se gane o se pierda.